HAMBRE EMOCIONAL: CUANDO COMEMOS POR COMER

El hambre es una sensación primitiva, instintiva, que lleva a las personas a comer para satisfacer una necesidad biológica y fisiológica. En otras palabras: para sobrevivir.
Esto ha sido así desde el inicio de la humanidad. Pero en el mundo actual, el acto de alimentarse se ha ido modificando, y su sentido principal, se ha ido perdiendo. La mayor disponibilidad de alimentos, su diversificación, los avances tecnológicos, el agitado ritmo de vida y de trabajo, etc. han provocado que las personas coman no solo para alimentarse sino para combatir toda una serie de sensaciones.
Hoy, muchas personas comen aunque no tengan hambre, o porque ven que otro está comiendo. Una publicidad en la televisión despierta repentinamente ganas de comer ese alimento y no otro. Frecuentemente comen por aburrimiento, tristeza, enojo, ansiedad o estrés.
Este hambre, no es el hambre que uno siente cuando el estómago está vacío y hace muchas horas que no ingiere alimento. En realidad es "hambre emocional", es decir, comer sin tener realmente hambre, sino más bien como respuesta a sentimientos o emociones indeseables, para llenar un vacío emocional.
La persona siente un deseo incontrolable de comer algo dulce o lo primero que encuentre. En ocasiones, sabe que no debe tener hambre porque comió hace poco, pero siente mucha ansiedad y no sabe cómo dominar ese impulso. En este caso el alimento funciona como un alivio momentáneo, un refugio donde se pretende erróneamente ocultar la realidad, o el verdadero problema que la está aquejando. Generalmente esta conducta es acompañada por un descontento con la imagen física, y sentimientos de soledad.
Como el bienestar generado por el alimento es pasajero, ni bien se termina de comer, aparecen sensación de culpa, descontrol, y desánimo. Muchas veces esta ingesta compulsiva y en ocasiones excesiva deriva en sobrepeso, entonces la persona, se somete a dietas cada vez más estrictas, generando más ansiedad, y así entra en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.
¿Cómo saber si tenemos hambre emocional y como evitarlo?
* Lo primero es tener conocimiento de esta conducta negativa, e reconocerla en uno mismo.
* Luego, identificar la causa del hambre emocional, que puede ser el trabajo, personas o situaciones conflictivas.
* Reconocer en que momentos se siente deseos de comer: luego del trabajo, previo a una reunión o viaje, etc.
* Evitar alimentos que favorecen el hambre emocional como los dulces, pizzas o comidas rápidas. Tolerar las ganas de comerlos por unos días, hace que el cuerpo se "desintoxique", y cada vez se necesitarán menos.
* Aprender a reconocer cuándo se tiene hambre emocional: no se puede tener hambre si almorzamos hace 1 hora. Deje pasar unos minutos, y el antojo se irá solo. Se puede combatir también tomando un vaso con agua, o buscando alguna actividad para distraerse.
* Reconocer los puntos débiles personales: evite pasar por lugares de tentación, no comprar o tener golosinas o snacks en la casa.
* Y lo más importante buscar ayuda profesional: el Lic. en Nutrición puede orientarnos y ordenarnos la alimentación, y un especialista en psicología es adecuado para ayudarnos a modificar este comportamiento.

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